
La comunidad de Huertos compartidos está formada por:
Quienes quieren cultivar sus propias frutas y verduras, pero no tienen dónde hacerlo.
Aquellos que disponen de un pequeño terreno, y lo quieren ceder, a cambio de una parte de la cosecha.
Quienes quieren ayudar de otras formas, por ejemplo, mediante sus conocimientos sobre agricultura ecológica.
Quienes desean patrocinar el proyecto, económicamente, o en especie.
Quien, simplemente, simpatiza con la idea y desea unirse a la comunidad.
Huertos compartidos fomenta:
La horticultura urbana.
La recuperación de huertas tradicionales.
La agricultura ecológica.
La soberanía alimentaria (autosuficiencia).
La producción local de alimentos.
La solidaridad, cooperación y voluntariado.
Participar en Huertos compartidos, poniendo en marcha un huerto ecológico, es bueno para:
La salud física y mental.
El medio ambiente, porque reduce el CO2 y favorece la biodiversidad.
La vida en comunidad, fomentando las relaciones sociales y la cooperación.
La economía, ya que muchas personas pueden ahorrar en sus gastos de comida.
La soberanía y seguridad alimentarias, al potenciar los productos locales.
Artículos relacionados:
Visita la sección: Alternativas